- Nada - dije yo.
- ¿Cómo que nada? cuéntame qué te pasa, venga - me insistes-.
Cómo le voy a contar lo que me pasa, a él, a la persona que más quiero.. pero claro, el no lo sabe. Pues me pasa que no puedo más, que me gustaría decirle miles de cosas, que me gustaría verle todos los días, que me gustaría......
- No me pasa nada, de verdad, he tenido un mal día, solo es eso. ¿Qué tal tú? cuéntame.
He salido del paso... creo que ya no volverá a insistir, no quiero decirle nada. Lo estoy deseando, pero no quiero decirle nada.. de momento. Me mira, sonríe, y toma un trago. Creo que algo se huele. Últimamente noto que me mira de forma especial, o quizás es lo que yo quiero ver. Si, será eso. Pero, ¡¡¡por qué seré tan pesimista!!!. Me vuelve a mirar, deja el tubo en la mesa.
- ¿Qué te cuente me dices? - me lanzas- Te voy a contar algo que llevo guardado hace días aquí dentro -te señalas el corazón- y es que me haces sentir especial, un hombre afortunado, y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado....
¡¡Dios mío!! ¿estoy soñando?. No, creo que no... me pellizco, ¡ay! no, no estoy soñando. Han pasado milésimas de segundo, y me parecen horas. Te tengo ahí mirándome... pero solo han pasado segundos. Casi ni te das cuenta de todo lo que se me está pasando por la cabeza en estos momentos...
- Ven aquí - te digo-.
Y nos fundimos en un abrazo.
¿Esto..., una preguntica, ¿al final era real, o era un sueño?
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